Érase una vez una veinteañera llamada Alicia. Su mayor sueño
era poder ir algún año al festival al que todos los jóvenes querían ir,
Tomorrowland, pero nunca conseguía entradas, por lo que ese año se había
propuesto conseguirlas costase lo que costase.
Y así fue, el día que salían a la venta las entradas allí estaba Alicia, conectada a internet como si fuese su vida en ello, y al final, las consiguió.
El problema era que ninguna de sus amigas había conseguido entradas, pero tampoco se preocupó demasiado, era su mayor sueño y no le importaba ir sola.
Pasaron los meses y por fin llegó el momento que tanto esperaba, era hora de viajar a Tomorrowland. El viaje fue una locura, gente gritando por todo el avión, disfrazados e incluso ligeros de ropa, pero eso sí, se le pasó muy rápido.
Y así fue, el día que salían a la venta las entradas allí estaba Alicia, conectada a internet como si fuese su vida en ello, y al final, las consiguió.
El problema era que ninguna de sus amigas había conseguido entradas, pero tampoco se preocupó demasiado, era su mayor sueño y no le importaba ir sola.
Pasaron los meses y por fin llegó el momento que tanto esperaba, era hora de viajar a Tomorrowland. El viaje fue una locura, gente gritando por todo el avión, disfrazados e incluso ligeros de ropa, pero eso sí, se le pasó muy rápido.
Al bajar del avión no se lo podía creer, por fin estaba
allí, Tomorrowland. Todo era tal y como esperaba, incluso mejor. Los tres días
fueron una auténtica fiesta, había de todo, comida de todo tipo, bebidas y,
sobre todo, sustancias prohibidas.
Alicia no se equivocaba al pensar que allí haría amigos, el primer día conoció a un grupo con los que conectó muy bien, excepto con una. Ella era una rubia inglesa que se llamaba Queen, vestía siempre de rojo y tenía unos aires de grandeza que a Alicia no le gustaban nada. Los demás se llamaban Cheshire, que estaba todo el día riéndose y dando vuelta por el recinto, Frederick, que siempre estaba pendiente de a qué hora tocaban los Dj’s, y por último estaba Thomas Topper, que siempre llevaba sombreros excéntricos y le gustaban demasiado las sustancias prohibidas.
Alicia no se equivocaba al pensar que allí haría amigos, el primer día conoció a un grupo con los que conectó muy bien, excepto con una. Ella era una rubia inglesa que se llamaba Queen, vestía siempre de rojo y tenía unos aires de grandeza que a Alicia no le gustaban nada. Los demás se llamaban Cheshire, que estaba todo el día riéndose y dando vuelta por el recinto, Frederick, que siempre estaba pendiente de a qué hora tocaban los Dj’s, y por último estaba Thomas Topper, que siempre llevaba sombreros excéntricos y le gustaban demasiado las sustancias prohibidas.
Una de las cosas que más le gustó fue que había distintas
zonas temáticas, en concreto le encantaron dos, en una era todo más pequeño de
lo normal y parecía que las personas eran enormes, y otra era como un jardín,
todo lleno de mariposas, flores y todo tipo de insectos y animales.
Alicia estaba segura de que nunca olvidaría el viaje a
Tomorrowland y así fue, recordó esta experiencia toda su vida.
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