Érase
otra vez, un leñador soltero que buscaba a su media naranja en Meetic, una
página de contactos en Internet. Él tenía una casita en el bosque propia, pero
había un problema: tenía dos hijos, Hansel y Gretel. Este hombre conoció a una
chica y esta se mudó a vivir con él.
Tras un
año de convivencia, la mujer detestaba a los dos niños y estaba deseando
deshacerse de ellos. Vino un tiempo en el que el leñador no ganaba lo
suficiente y no tenían para comer. Entonces la mujer le comió la cabeza al
pobre leñador para que a la mañana siguiente cuando fueran al bosque abandonara
allí a los niños. El leñador no quería, pero ya saben el dicho: “tiran más dos
tetas que dos carretas”.
Hansel
que ya se olía la trama tenía un plan. Al día siguiente les dieron un bocata de paté La Piara para el almuerzo y se dirigieron al bosque. Hansel fue tirando
migas de pan de su bocadillo por el camino para poder regresar. Llegaron a una
zona desconocida y su padre les dijo que permanecieran allí que el iba un
momento a “por tabaco”.
Se hizo
de noche y su padre no regresó. Hansel decidió volver pero cuando quiso, vio que los pajarillos se habían comido las migas. Anduvieron bastante y cuando
creían estar perdidos encontraron algo maravilloso.
Delante
de ellos había una gran casa de chucherías. Se escuchaba desde lejos gritos
como: “Sugar crush” o “Delicious”. Corrieron a comer chuches ya que estaban
muertos de hambre. Cuando llegaron allí vieron que en la casa había una mujer
de unos 54 años pegada a un iPad. Era una fanática de un juego llamado Candy
Crush.
Esta
mujer agarró a los dos niños y los encerró en dos jaulas con unos portátiles
dándole vidas gratuitas para el juego. Tras largos días allí encerrados, la
mujer decidió que Gretel le ayudara a cocinar. Cuando la mujer se acercó al
horno mirando el iPad, Gretel la empujó y esta se quemó.
Gretel
rescató a su hermano y buscaron en la casa algo de valor. Encontraron joyas y
se las llevaron. Corrieron por el bosque hasta encontrar de nuevo su casa. Allí
su padre les abrazó ya que les echaba muchísimo de menos, su antigua
mujer le había dejado por un monitor de gimnasio semanas antes.
Empeñaron
las joyas y consiguieron muchísimo dinero para comer y comprarse una entrada
doble para que Hansel y Gretel vieran a los One Direction.
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